Europa entre Firmamentos

Los Cielos o Firmamentos Angélicos son, como se podría aventurar en la época del 2654, las maravillas arquitectónicas del siglo XXVII. Son inmensas torres que se elevan 1,5 Kms de altura sobre las ciudades que cobijan. Siete de ellos fueron levantados entre el siglo XXIII al XXIV, más el Sarielorum, la casa musical del coro de los Engels Sarielitas, los unicos ángeles carentes de alas.
No obstante actualmente solo funcionan cinco: Miquelita en la capital del mundo angélico, Roma Æterna; Gabrielita, en la ciudad de Nüremberg; Rafaelita donde alguna vez estuvo la ciudad francesa de Grenoble, ahora se levanta una villa llamada Gratianopel; Ramielita, en el lago salobre donde en tiempos remotos estuvo Praga; y el Urielita, encumbrado sobre los Pirineos Franco-Españoles.
Hubo dos más cuyos terribles destinos, destinos que quitan el sueño a los engels: Samaelita en la ciudad de Corte, capital de Córcega. Fue consumido por el Infierno que cruzó por las isla y sus engels, los Samaelias o Angeles de la Guarda encumbraron con un coraje extraordinario para serles frente, desapareciendo para siempre.
Pandoramicun se llamado el destino que solo hace unos 20 años consumío el Firmamento Engel de Trondheim en las costas noruegas, el cielo de los Angeles custodios del pasado, los Raguelitas. Tampoco se sabe a ciencia cierta que ocurrió, pero se atribuye su caida a la perversión de los propios engels, algo que Dios no podia dejar pasar, destruyendo su hogar. Hay rumores que algunos Raguelitas sobreviven pero nada esta confirmado aun.



Asi Europa existe entre los Firmamentos, las ciudades dominadas por los Barones Diadocos, adversarios a la Iglesia y la marca del avance de los Infiernos.

Las ciudades dominadas por la Iglesia bullen en actividad desde y hacia el firmamento que las precede o la abadía o recinto episcopal.

No es así en la ciudades de los Diadocos apodados Chatarreros, que viven gracias a lo que pueden sacar de las ruinas de mundo antiguo (el que vivimos actualmente) y no es raro ver entre caballeros andantes y monjes, algun automovil a vapor o fusileros. Son el refugio de los grandes enemigos y criminales buscados por los inquisidores angélicos.

La marca de los Infiernos, esas terribles columnas de fuego que se mueven lenta pero inexorablemente sobre las tierra de Europa, son zanjas de kilómetros de ancho llenas de restos humeantes, residuos tóxicos y criaderos de esas bestias que llamamos Engendros Oniricos, fruto de las pesadillas del Señor de las Moscas. Solo algunos locos se aventuran hacia el humo, más pocos regresan, y menos aun indemnes.